Contó
Fray
Pedro Aguado en el capítulo primero,
libro undécimo de la primera parte de su
"Recopilación Historial", que
en la Ciudad de Pamplona del Nuevo Reino había algunos vecinos, hombres
antiguos que habían estado en Venezuela
y de ella habían pasado por el Reino por la falda de la Cordillera y Sierra que
cae sobre los llanos de Venezuela, en la
cual habían visto ciertos mogotes o cumbres de sierra metidas en la propia cordillera,
nevados de suerte y que por la mucha
nieve sobre ellos caía todo el año, se veían
y divisaba desde muy lejos tierras, eran estos vecinos de Pamplona los que participaron en la jornada que hizo Jorge Espira desde Coro hacia el sur, en 1535, por la vía de los
llanos llegando a la Cordillera que a mano derecha tenía por guía no
perdiéndola de vista, prosiguiendo su jornada Río Apure, arriba,
siguieron por otro río que con este
mismo se juntaba y que bajaba de las
provincias de Santiago, donde ahora está poblada la villa de San Cristóbal.
En el Nuevo Reino, tomaron
noticia los nuestros, que más arriba
estaba un pueblo más grande, que era
el que ahora es por los de la villa de San Cristóbal llamado el pueblo
de las Auyamas por la mucha abundancia, que de ellas allí había.
El
primero del mes de mayo de este presente año de mil setecientos setenta y uno, yo, Don José Eusebio Guerrero de Librillo,
alcalde de la Santa Hermandad de la
Ciudad del Espíritu Santo de la Grita y su jurisdicción por su Majestad,
hablándome hoy día de la fecha en el paraje y sitio del cerro El Palmar,
derechura que se tomó para buscar la vista del último vado del Río Mocotíes,
deslinde de esta jurisdicción con la de Mérida, que se ha tenido desde
antiguamente, reconocimiento que fue por mí y los testigos que me acompañan, Don
Ignacio Zambrano, Don Eugenio Montoya y Don Agustín Sánchez, pareció ser el
derecho, la cumbre del Cerro del Palmar que son cabeceras de la quebrada de
Santa Cruz y de allí mirando por derecho a las adjuntas del río San Pablo y
quebrada San Antonio y después siguiendo la misma derechura a lo alto de la
serranía a dar con un picacho que hace a modo de Pan de Azúcar, prosiguiendo
esta derechura al pie de una loma que
llaman Chuchanco, llevando la
vista a la cordillera por lote hasta un riecito que se nombra San Miguel y de
allí mirando por derecho, hasta topar con el Río Caparo del paso que se anda
por el camino de Mucuchachí.
Por
cuya vereda que va señalada parece
medias el deslinde de dichas jurisdicciones y marcaciones que comprende la
pieza de tierras descubierta, corresponde de esta raya y señalamiento
atravesando toda la tierra, hasta dar con las tierras de Chaporal y río de
Capurí , que compuso Don Bartolomé Méndez, difunto, que llaman El Molino, hasta
el paso del Río Caparo bajo de cuya demarcación y linderos expresados se
compone la dicha pieza de tierra descubiertas.
Con
licencia del Cabildo Justicia y Regimiento de Pamplona partió Juan Rodríguez Suarez Capitán
Extremeño con el fin de
conquistar y explorar en pos de riqueza
las tierras de las Sierra Nevada y funda la ciudad de Mérida.
En el camino de San Cristóbal a Mérida
y en hermoso valle de la Cordillera fundó el Capitán Cáceres, la ciudad de La Grita en
1576.
Primero
de Mayo de 1771, en la Ciudad del
Espíritu Santo de la Grita.
Siendo Don Eusebio Guerrero de
Librillo Alcalde de la Santa Hermandad
del Espíritu Santo de la Grita, se han
de rematar, una pieza de terreno que se ha descubierto dentro de esta
jurisdicción componente de 40 estancias de ganado mayor entre bueno y
malo en los sitios denominados Mucutapó, Chacantá y Mucuchachí.
Repitiendo
el pregón se dijo no hay quien puje ni quien dé más... a la una, a las dos y a
la tercera, que buena y valida probé.
Al
poseedor y en esta forma se hizo el remate a viva voz en el referido Agustín
con beneficio y traspaso "CIEN PATACONES", dan por una pieza de
tierra que se ha descubierto, dentro de esta Jurisdicción en los sitios
Mucutapó, Chacantá y Mucuchachí,
jurisdicción de La Grita.
En la
Ciudad de Maracaibo a veintiocho del mes de Junio de mil setecientos setenta
y siete, el Sr. Domingo Antonio de Vega,
Capitán de las Milicias y regidor perpetuo, alcalde ordinario en depósito por
Sm. del señor Diego Julián Aubar lo que
es propiedad y juez subdelegado de
tierras en esta dicha ciudad y su provincia, en vista del remate de las
cuarenta estancias de tierras se
expresan hallarse sin ocupar en los sitios de Chacantá, Mucuchachí y Mucutapó, que anunciaron los pretendientes para su venta y composición Don
Vicente Molina, Don. José del Carmen Ramírez, Don Basilio Montes, todos vecinos
de la ciudad de La Grita, se ha verificado a
Juan Francisco Barrios como apoderado sustituto de los contenidos pretendientes
dijo que las admitía y admitió a la venta y composición de dichas tierras y por
expresado cantidad para que las hallen, ocupen
y usen libremente sin perjuicio de los naturales.
Autor: Héctor Óscar Vega Contreras
Fuentes consultadas:
Picón Parra Roberto: Fundadores, Primeros Moradores y Familias Coloniales
de Mérida. Tomo I.
Sosa Molina Teodulfo, copia documentos, alcaldía Ciudad del Espíritu Santo de La Grita, remate de tierras descubiertas.
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