miércoles, 23 de junio de 2021

Historia del aseo urbano en Canaguá

 

A principio de la década de los años 60 en Canaguá, cuando ejercía el Dr. Manuel Figueroa como director del dispensario, ahora hospital I,  tuvo la iniciativa de que el pueblo contara con su servicio de aseo urbano y le hace la sugerencia  y recomendación a Elías Flores quien se desempeñaba como presidente de la Junta Comunal, con el fin de prestar el servicio de recolección y transporte de residuos sólidos urbanos. El presidente de dicha Institución Comunal designa a Antonio Ramírez García para tal y digno oficio, y éste a su vez desempeñaba la función con dos ayudantes su hijo Melanio Ramírez Mora y su sobrino Ramón Mora. El carpintero Braulio Durán diseña una carreta con estructura y ruedas de madera con un fondo rectangular recubierto por una lámina de aluminio para darle mayor protección a la misma ante el derrame o el enjuague de estos desperdicios. Era remolcada por la burra “Cisne” un animal procedente de la población de Mucutuy por lo que además le decían “La Mucutuyera”. Más tarde se reemplazaron las ruedas de la carreta por neumáticos de automóvil e igualmente la burra por otros burros con el transcurrir del tiempo en esta tarea, empezaban a limpiar la localidad a las 8 de la mañana y ya en horas del mediodía la misión era cumplida. La mensualidad de este servicio tenía un valor de 50 bolívares por cada casa o familia.

            El vertedero o botadero de la basura se estableció en la a orillas de la confluencia entre la quebrada de “El Rincón” y la quebrada “El Salado”, en este afluente donde se echaba la basura sólo había en abundancia plantas de tártago, la basura que comúnmente salían de las casas era más que todo cáscaras o conchas de las verduras y frutas, costales viejos, restos de pieles o cueros, latas, chingaleas y esteras viejas por lo que se convertían en materia orgánica en el suelo. El plástico no era muy frecuente, al igual que las bolsas plásticas y los que son provenientes de uso agrícola como herbicidas, insecticidas, fungicidas y otros de estas mismas características que son los que con mayor frecuencia contaminan la naturaleza y el ambiente. Entre los restos de basura provenientes de las cocinas o fogones de las casas venían semillas de chayota, auyama, pepino, zapallo y otros,  que luego al germinar estas plantas se extendían entre los tartagales y al estar cosechadas, muchas personas buscaban allí estos frutos. En esta labor de mantener la población limpia Antonio Ramírez García y sus ayudantes permanecieron 15 años con feroz empeño sin recibir arreglo, jubilación o pensión alguna por el Estado y en el año 1977 José Amadeo Mora y su hermano Ramón Mora son nombrados como los nuevos encargados del aseo y en la primera década de los años 80 del siglo pasado, durante el gobierno del Dr. Luis Herrera Campins, el Concejo Municipal adquiere un vehículo tipo volteo para el traslado de los desperdicios y los nuevos obreros contratados para el oficio, el barrido de las calles del pueblo y otras áreas públicas recibiendo un salario por el Estado. Actualmente es poco común en Venezuela ver la realización de esta actividad, en la cual se puede observar a un camión recogiendo la basura y los obreros realizando los barridos de las calles de una localidad.

            Tiempo después se escogió como vertedero o relleno para la basura en el páramo “El Motor” sin haberse realizado una inspección técnica y sanitaria para tal fin en pleno corazón de la naturaleza y del medio ambiente, ya que estos rellenos destinados para la disposición final de la basura deben tener una multitud de medidas para reducir los problemas generados por la contaminación ocasionada por la basura. Estas medidas deben ser el estudio detallado del impacto ambiental, económico y social desde una planificación acertada determinando el lugar para el vertedero y la vigilancia técnico-sanitaria durante la vida del mismo. Para la construcción de este relleno sanitario debió ser importante la selección de un lugar específico que reúna las situaciones correctas en cuanto a la topografía, el nivel de las aguas subterráneas, disposición del material para cubrir la basura con el trabajo de algunas máquinas, a medida que se va colocando la basura estas deben ir compactando la basura con capas de tierra con ciertas medidas de grosor, con respiraderos para los gases que se liberan por la putrefacción, posteriormente controles de olores y sobre estas compactaciones de basura otros niveles de tierra y así sucesivamente hasta que al final del tiempo de vida del relleno sanitario se dé por saturado, con estos métodos de ingeniería se le da más protección a la naturaleza y previniendo los efectos adversos que genera nuestro medio ambiente, así se evita la lixiviación de estos residuos sólidos hacia las quebradas y el río de Canaguá. Estas técnicas de relleno para la basura tienen que generar en la población un gran avance de gestión ambiental, es recomendable actualmente en la zona tomar medidas para evitar una potencial amenaza en materia ambiental y de la salud humana.

Por Willian G.M

Del libro: “Crónicas bajo el sol de la medianoche”.

 

 

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