miércoles, 23 de junio de 2021

Ramón Contreras Fernández el gran filósofo de Canaguá

 

Ramón Contreras Fernández  nació en el caserío La Laguna, en la población de Canaguá Estado Mérida, el 5 de abril de 1914, hijo de Camilo Contreras y de Juana Fernández. Su padre además de ser el primer maestro de la población, también fue poeta y agricultor, fue el primer paisano en organizar una biblioteca familiar dentro de un hogar con la mejor diversidad de libros,  luego de la muerte de Camilo estos magníficos texto pasaron a las manos de su hijo Ramón y luego a sus hijos. Ramón Contreras se convierte en un ser casi absoluto por los conocimientos obtenidos a través de su activa lectura y filosofía puesta de manifiesto día tras día. Siempre lucía muy elegante con su paltó, su sombrero y su buena presentación personal con la compañía de su cajeta de chimó, a la que se le sumaba lo mejor de un anfitrión al momento de que le llegara cualquier visita. En conclusión “todo un personaje”, pero a través de la búsqueda del conocimiento y al hacerlo reflexión encontraba salida a los más difíciles laberintos con el saber, reconociendo la intersubjetividad como compromiso y referencia del conocimiento adquirido.

            Para describir a éste gran filósofo local, en este momento tengo que viajar en el tiempo a través de mis recuerdos. Me crié casi a un kilómetro más arriba de su pequeña finca en el caserío Los Potreritos de aquella localidad canagüera, casi todos los días mi madre me enviaba a su casa a llevar una vasija con leche de vaca y siempre me quedaba a jugar con los muchachos hijos de Ramón, eran como mis hermanos y muchas veces obtenía el préstamo de algunos libros de cuentos infantiles que tanto me fascinaban. El que más recuerdo “Cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo”, siempre lo veía sentado con su activa y concentrada lectura bajo la sombra del conocimiento. Muchas veces llegaba Timoteo Molina su vecino y se reunían a hablar de tantos temas que yo desconocía tal vez porque apenas estaba comenzando mi escolaridad. En otros casos cuando venían turistas cultos al pueblo esta casa era uno de sus destinos o paraderos para encontrar un buen tema de conversación oportuna y amena, con esas palabras cultas con una dicción pausada y adecuada entre exquisitos modales, una anécdota y algo nuevo para el saber. En esta visita observaba hasta intercambios de libros entre visitantes y el anfitrión, siempre escuchaba palabras salir de su boca como: prosapia, alienado, berzotas, chusco, emplatado, prosa, gramática, filosofía, algebra, verbo, profecías, apocalipsis, El Armagedón, los fines del mundo, la mitología griega, la llegada del hombre a la luna, en si una diversidad de temas, estas palabras las entendí  años después al volverme también un lector activo, nombraba además algunos personajes que hasta me daban risa esos nombres tan raros como un tal Hipócrates, Platón, Aristóteles, Aristófanes, Napoleón Bonaparte, Pitágoras, Albert Einstein, Shakespeare, Adolf Hitler entre otros, luego en el liceo recibí algunas clases en la que se estudiaba algunos de estos filósofos, pensadores y otros, también le escuchaba  mucho de los cuentos de espantos, aparecidos y de la escaramuza del forajido y bandido “Francisco Useche” un asaltador que saqueaba al pueblo a principios del siglo XX, como también los comentarios de un personaje llamado Pedro Rímales relacionado con los chistes y las parodias según investigue era de origen Colombiano. Cada vez que ocurría la visita de un cometa o la aparición de un eclipse lunar, éste personaje lo explicaba con muy buenos puntos de vista científicos, por lo cual lo describo como un gran cultivador de las ideas en lo absoluto a través de la transcendencia derivada de su ambigüedad y el resplandor de muchas cosas y su significado, asumía  la actitud de un gran dialogante, tenía  la respuesta para cualquier pregunta. Lo comprendía en un mundo, y yo,  pues en otro mundo, sus palabras siempre adornadas con el mejor de los vocablos, no mencionaba groserías ni malas palabras, entre refranes y dichos breves populares mencionaba: hay un burro echado, el ignorante no sabe de su propia ignorancia, al muerto no le faltan velas, Dios bendiga a las auyamas y estiró la pata. Pero era la paciencia lo único que hacia marchar bien o mal todo eso, mientras que la ambigüedad le marcaba su condición desafiándolo y obligándolo al pensamiento, al hablar reflejaba lo que todo hombre de su tiempo vivía y pensaba,  pues este rol no le desmesuraba, la filosofía la extraía de sus libros y la manifestaba fuera de ellos para quienes le escuchaban, su herencia filosófica la pude percibir a través de las conversaciones amenas de su hijo Salvio Contreras. A parte de ser un hombre sabio se dedicaba a la botánica, practicante de la sanidad del entonces, partero, curaba la culebrilla, mal de ojo y el emponzoñamiento ofídico de las serpientes venenosas a través de rezos, plomero, albañil, agricultor y hasta inventor de un taladro artesanal para perforar metales, aplicaba técnicas de afilado para cuchillos y tijeras, muy devoto de las ánimas todos los días les rezaba un rosario con la respectiva novena.

            Hoy en día un gran lector y filósofo como éste ya no existe en el pueblo, creo que la pérdida y el amor por la lectura para muchos no está a la altura de nuestro tiempo, pues es y será la lectura el único océano que nos  permite navegar en mágicos océanos en la búsqueda de la conciencia y el conocimiento y debo dar como testimonio que éste personaje culto y filosófico fue el digno ejemplo de inspiración que tuve para sumergirme en el mundo de la lectura activa y la literatura a través de la poesía como arte, el leer diariamente nos inspira y nos da luces para escribir nuestra inspiración, pensamientos, vivencias, emociones, investigaciones y cualquier otro punto de vista, con la motivación de aquel viejo vecino puedo decir que “En aquella Canaguá aprendí de Ramón Contreras Fernández, que en la vida la lectura es uno de los oficios más importantes”. Fallece en la ciudad de Ejido, Estado Mérida a los 88 años de edad, el 12 de octubre de 2002 víctima del cáncer de laringe, a  seguir nos deja su ejemplo y al ponerlo en práctica seremos mejores sur merideños.   

Por Willian G.M

Del libro: “Crónicas bajo el sol de la medianoche”.

 

 

 

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